Metafísica

La metafísica (del latín metaphysica, proveniente del griego metá que significa ‘tras’, ‘más allá’, y phýsis que significa ‘naturaleza’, es decir, ‘lo que viene después de la naturaleza’, ‘más allá de lo físico’) es una parte fundamental de la filosofía, que trata el estudio del Ser en cuanto tal y de sus propiedades, principios, causas y fundamentos primeros de existencia. Experimenta una fuerte relación con la teología y frecuentemente tratan los mismos temas.

El término, «metafísica», se originó como título de uno de los tratados de Aristóteles, y algunos piensan que se deba quizá a que este volumen fue escrito después de su obra Física. Sin embargo, la metafísica, como su nombre indica, se define como ciencia que estudia algo que está más allá de lo físico, dedicando su estudio a lo abstracto del Ser y de Dios.

La metafísica aborda los problemas centrales y más profundos de la filosofía, tales como los fundamentos (presupuestos, causas y primeros principios), las estructuras más generales (leyes y principios), el sentido y la finalidad de la realidad toda y de todo ser. El principio básico de la metafísica se sustenta en la no-contradicción, razonamiento que establece la imposibilidad de que algo sea y no sea, simultáneamente.

A su vez, la metafísica comprende tres grandes ramas, la 1ª es la Ontología, que es el estudio del Ser y su esencia, la 2ª es la Teodicea o teología natural, que es el estudio de Dios y su esencia y la 3ª es la Gnoseología o teoría del conocimiento que estudia los límites y la validez del conocimiento, su objeto es el ente como tal y como se da en el pensamiento. Por tanto la metafísica es el estudio científico que trata lo relativo al Ser y Dios en su forma concreta (en la ciencia lo abstracto es lo intangible, como el pensamiento, y lo concreto es lo físico, como por ejemplo, un árbol). Desde el punto de vista cartesiano y experimental, no sería una ciencia específicamente demostrativa.

Aunque cabe alguna discusión al respecto, es un tópico que la palabra «metafísica» fue empleada por primera vez por Andrónico de Rodas (siglo I adC). En sus primeras utilizaciones, «metafísica» era el nombre de los libros de Aristóteles colocados después de los de física. Esto es, dado que en la antigüedad los tratados se conservaban en legajos cilíndricos, ocurrió que Aristóteles había titulado todos excepto aquél que trataba de los asuntos del alma y la personalidad. Cuando acudían sus discípulos a la biblioteca para consultarlo, dado que no podían pedirlo por su título, decían «el que está al lado de Física» (meta-physica), puesto que en su colocación en la estantería el legajo se hallaba junto al otro tratado aristotélico, el de Física.

No obstante, es muy posible que Andrónico utilizara esta palabra sobre la base de una idea del sentido y contenidos de la obra aristotélica. El Estagirita (como se conoce a Aristóteles por su origen) sólo empleó las expresiones «filosofía primera» y «teología» para designar el saber de que se ocupan esos catorce libros titulados «Metafísica» por Andrónico.

Metafísica es, desde entonces, el nombre del saber más elevado que cabe intentar alcanzar. La cuestión esencial consiguiente es: ¿y dónde se encuentra ese saber?, es decir, ¿sobre qué debe versar y cómo se puede alcanzar? Es aquí donde, como es comprensible, comienzan las interminables discusiones entre los metafísicos. Platón, antes que Aristóteles, es el precursor de la metafísica como tal y la expresa con su idea del mundo inteligible.

La Metafísica trata las «cuestiones últimas»; pero, ¿cuáles son esas cuestiones? Hay muchos modos de presentarlas, y no todos estos enfoques son compatibles entre sí: ¿Por qué existen las cosas? ¿Por qué es el ser y no más bien la nada? ¿Existe un Dios? ¿Qué características poseería en caso de existir? ¿Cuál es la diferencia entre materia y espíritu? ¿La voluntad del hombre es libre? ¿Todo está en permanente cambio o existen cosas o relaciones que permanecen invariables a pesar del cambio?, etc.

El campo de trabajo de la metafísica comprende los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según Kant una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto (“cuando emite un juicio sintético sobre un asunto”), que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado (por los sentidos) por el ser humano (cfr. trascendencia). Simultáneamente surge la pregunta: ¿cómo el ser humano, a pesar de sus limitadas capacidades mentales, podría participar o alcanzar las verdades metafísicas que pretende fundamentar con la ayuda de la filosofía?

En los tratados metafísicos tempranos se consideraba que el núcleo de todas las disciplinas.

 
 
 
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